España se enfrenta a un desajuste creciente entre el número de nuevos hogares y la construcción de vivienda disponible. Según proyecciones del Instituto Nacional de Estadística, INE, la población superará los 51,8 millones de personas en 2030, lo que incrementará de forma sostenida la demanda residencial. No obstante, factores como la escasez de suelo urbanizable, el encarecimiento de costes de construcción y las barreras administrativas están limitando la capacidad de respuesta del sector inmobiliario. Esta brecha entre oferta y demanda está teniendo un impacto directo en el incremento de precios y en la dificultad de acceso a la vivienda, especialmente entre los colectivos más jóvenes.
En este contexto, Property Partners, firma especializada en intermediación inmobiliaria, ha analizado los factores clave que marcarán la evolución del mercado residencial en los próximos años:
1. Emancipación juvenil y dificultades de acceso a la propiedad
España presenta una de las tasas de emancipación juvenil más bajas de Europa. Según el II Informe sobre Jóvenes y Vivienda, el 27% de las personas entre 20 y 40 años aún no se ha independizado, y la edad media de emancipación supera los 30 años, frente a los 26 de media en la UE. A su vez, el acceso a la propiedad se ha reducido de manera notable: solo el 27% de los menores de 29 años era propietario en 2024, frente al 54% registrado en 2007, según datos de la Encuesta de Condiciones de Vida del INE. Para mitigar esta situación, el Gobierno ha puesto en marcha los avales ICO, que cubren hasta el 20% del importe de entrada de una vivienda.
2. Perspectiva de precios: presión sostenida en el mercado del alquiler
Según el Informe Solvia Market View 2024, se prevé un incremento del precio del alquiler superior al 10%, mientras que los precios de compraventa crecerán de forma más moderada, entre un 4% y un 5%. Las ciudades de Madrid y Barcelona son los puntos más tensionados, con una oferta insuficiente que ha llevado los precios a niveles récord, dificultando aún más el acceso para los inquilinos, especialmente jóvenes.
3. Madrid, foco del déficit habitacional
La capital se perfila como el epicentro del déficit de vivienda. Según estimaciones de Asprima, Madrid necesitará más de 53.000 viviendas anuales hasta 2030, frente a una oferta que no superará las 25.000 unidades al año. Este desequilibrio estructural contribuirá a mantener la presión sobre los precios de obra nueva, excluyendo a buena parte de la demanda joven del mercado.
4. Un desafío estructural y generacional
El acceso a la vivienda se ha consolidado como uno de los principales retos socioeconómicos del país. La combinación de una demanda creciente, una oferta limitada y un mercado del alquiler tensionado está dejando fuera a los colectivos con menos recursos y dificultando la movilidad residencial. Si no se corrige esta tendencia, en 2030 el acceso a la propiedad quedará restringido a quienes cuenten con patrimonio previo, apoyo familiar o ingresos elevados y estables.
Desde Property Partners advierten que el debate ya no gira solo en torno a quién podrá comprar una vivienda, sino si el acceso a la vivienda seguirá siendo un derecho o pasará a considerarse un privilegio.