El aislamiento térmico de los cerramientos desempeña un papel fundamental en la reducción de la demanda energética de los edificios. Según datos de la Comisión Europea, el sector de la edificación representa el 40% del consumo total de energía y el 36% de las emisiones de gases de efecto invernadero en la Unión Europea.
Desde Anfapa subrayan que entre las soluciones más eficaces destaca el Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior, Sate, que permite conservar energía y reducir el consumo en calefacción y refrigeración, áreas que pueden representar hasta el 70% del consumo energético en el ámbito residencial. Esta reducción de la demanda energética facilita la integración de fuentes renovables, al disminuir la necesidad de infraestructuras complementarias como aerogeneradores, paneles solares o redes de distribución, y reduce la presión sobre los recursos naturales.
Un marco normativo alineado con la eficiencia energética
La Directiva (UE) 2018/844, en el marco del Pacto Verde Europeo, exige que todos los edificios nuevos sean de consumo casi nulo y promueve la renovación profunda del parque edificado existente. En este contexto, la Estrategia a Largo Plazo para la Rehabilitación Energética en Europa fija como meta la descarbonización total del sector para 2050, lo que convierte al aislamiento térmico en una herramienta estratégica.
Ejemplos como el programa KfW-Effizienzhaus en Alemania demuestran el impacto del Sate, con reducciones del consumo energético de hasta un 60% en edificios antiguos. En España, según el Idae, el aislamiento de fachadas puede lograr ahorros energéticos anuales del 30% al 50% mediante medidas pasivas.
Aislamiento como motor de transición energética
Mejorar la eficiencia energética en edificación no solo reduce el consumo directo de combustibles fósiles, sino que libera recursos renovables para sectores de difícil descarbonización, como el transporte pesado, la industria química o la siderurgia. De este modo, una edificación eficiente permite una redistribución más equilibrada de la energía renovable, apoyando una transición energética justa y técnicamente viable.
Conclusión
La eficiencia energética en el sector de la edificación es uno de los pilares esenciales para alcanzar los objetivos europeos de descarbonización y seguridad energética. En este contexto, el sistema Sate se posiciona como una solución técnica eficaz, económicamente viable y plenamente alineada con las directrices normativas.
Reducir la demanda energética a través del aislamiento térmico por el exterior:
- Optimiza el uso de infraestructuras energéticas.
- Reduce la dependencia de combustibles fósiles.
- Contribuye a una transición energética más justa.
En definitiva, invertir en soluciones como el SATE no es solo una mejora técnica, sino una decisión estratégica de futuro para la sostenibilidad energética y climática de nuestras ciudades.