El aluminio gana terreno como material clave en las estrategias de sostenibilidad de grandes compañías internacionales, según afirman desde la Asociación Española del Aluminio y Tratamientos de Superficie. Su alta reciclabilidad, bajo impacto ambiental y eficiencia energética lo posicionan como alternativa preferente frente a materiales plásticos como el PVC, cuya utilización genera crecientes preocupaciones medioambientales y regulatorias.
Empresas como Apple, Ikea, Lego, Adidas, Nike y Samsung ya han implementado políticas activas de sustitución del PVC y otras sustancias químicas preocupantes, en línea con estándares internacionales como Cradle to Cradle Certified, que promueven productos seguros, circulares y responsables desde su diseño.
Casos destacados de transición hacia materiales circulares
- Apple ha eliminado el PVC de sus productos y ha incrementado el uso de aluminio reciclado certificado, que ya constituye un componente fundamental en la fabricación de sus dispositivos.
- Ikea mantiene una política restrictiva en cuanto al uso de sustancias químicas, eliminando progresivamente el PVC de su catálogo y apostando por materiales duraderos y reciclables. Ha prohibido además el uso de compuestos como bisfenol A o cromo hexavalente.
- Lego ha incluido explícitamente en su declaración de conformidad química la restricción del PVC, como parte de una política más amplia orientada a minimizar el impacto ambiental de sus materiales.
- Adidas y Nike han desarrollado políticas específicas de química sostenible, suprimiendo progresivamente materiales con impacto ambiental elevado, incluido el PVC.
- Samsung ha intensificado sus esfuerzos en el uso de materiales reciclables, priorizando el aluminio por su eficiencia energética en producción y por su elevada capacidad de recuperación al final de la vida útil del producto.
El aluminio, un material alineado con la economía circular
El aluminio reciclado requiere apenas un 5% de la energía necesaria para producir aluminio primario, lo que supone una reducción significativa de emisiones de CO₂. Además, puede reciclarse infinitamente sin pérdida de propiedades mecánicas o estructurales, lo que lo convierte en uno de los materiales más eficientes para lograr los objetivos globales de descarbonización y sostenibilidad.
Legislación europea y retos en el sector de la edificación
A pesar del avance del sector privado, el PVC continúa presente de forma generalizada en la construcción, especialmente en ventanas, conducciones, revestimientos y suelos. No obstante, un informe reciente de la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA), elaborado a petición de la Comisión Europea, recomienda limitar severamente el uso del PVC y sus aditivos, debido a:
- Su persistencia ambiental.
- La dificultad de reciclaje efectivo.
- La presencia de sustancias como ftalatos, metales pesados y plastificantes, asociadas a riesgos para la salud.
Este diagnóstico contrasta con el impulso normativo que promueven herramientas como el Reglamento REACH y las directrices del Pacto Verde Europeo, centradas en la economía circular, la salud pública y la descarbonización del parque edificatorio.
Hacia un marco normativo coherente
En este contexto, se plantea la necesidad de revisar y actualizar la legislación sectorial, especialmente en el ámbito de la edificación, para incentivar el uso de materiales sostenibles como el aluminio. Una normativa más ambiciosa permitiría alinear la práctica constructiva con los objetivos medioambientales europeos, facilitando la transición hacia un modelo industrial más eficiente y responsable.
|