La expansión del alquiler temporal en España está estrechando el mercado de arrendamiento de larga duración, especialmente en capitales como Barcelona, Madrid, Valencia, Málaga y Bilbao, donde el precio medio del alquiler residencial ha subido más del 10% interanual, según datos de la red inmobiliaria donpiso.
Este incremento se atribuye en parte al trasvase de viviendas al mercado de temporada, lo que reduce la oferta disponible para el alquiler habitual. Esta situación afecta directamente a las familias que buscan una residencia permanente en un entorno de presión inmobiliaria creciente.
Perfil del arrendador y del inquilino en el mercado temporal
El alquiler de temporada se ha consolidado como una alternativa atractiva para propietarios particulares, que buscan maximizar la rentabilidad de sus viviendas evitando las restricciones establecidas por la actual Ley de Vivienda. En la mayoría de los casos, se trata de arrendadores con una sola propiedad que optan por contratos de corta duración.
Por otro lado, los inquilinos habituales en este formato son perfiles con alta capacidad económica, como directivos desplazados, nómadas digitales o estudiantes internacionales, con estancias de entre 6 y 9 meses. Según donpiso, estos usuarios cuentan con ingresos mensuales superiores a los 2.500 euros, lo que permite justificar rentas superiores a los 1.200 euros mensuales.
Acceder a una vivienda estable, cada vez más difícil
En contraste, los inquilinos de larga duración encuentran crecientes dificultades para acceder a una vivienda asequible. Según los datos de donpiso, la renta media de los contratos firmados en 2025 se sitúa en 1.300 euros/mes en Barcelona y 1.250 euros/mes en Madrid, cifras que resultan inaccesibles para muchas familias con ingresos medios netos que no superan los 1.600 euros mensuales en varias provincias.
Petición de regulación específica para el alquiler de temporada
Ante este escenario, donpiso subraya la necesidad de una regulación específica para el alquiler de temporada, con el objetivo de evitar usos irregulares de esta modalidad para eludir los límites legales establecidos en los contratos de arrendamiento residencial.
“Si no se actúa con rapidez, el desequilibrio entre oferta y demanda en el mercado del alquiler tradicional podría volverse estructural”, advierte Emiliano Bermúdez, subdirector general de la compañía, quien señala que cada vez más ciudadanos corren el riesgo de quedar fuera del acceso a una vivienda digna.