La Unión de Empresas Siderúrgicas, Unesid, ha manifestado su preocupación ante la decisión del Gobierno de Estados Unidos de duplicar, desde el 25% al 50%, el arancel aplicado a las importaciones de acero europeo. La medida, oficializada mediante proclamación presidencial el 3 de junio, marca un giro proteccionista que, según la organización, debilita la cooperación entre bloques económicos estratégicos.
“La medida ha sido calificada por las empresas del sector como inesperada y alarmante. En la práctica, supone el cierre del mercado estadounidense para el acero europeo”, declaró Carola Hermoso, directora general de Unesid. Hasta ahora, el arancel vigente permitía, aunque con dificultad, compartir el sobrecoste con los clientes. Sin embargo, el nuevo escenario ha provocado ya cancelaciones de pedidos y la aplicación inmediata del nuevo arancel incluso a mercancías en tránsito.
Según Hermoso, “el impacto económico es considerable, con pérdidas estimadas en miles de millones de euros para la industria europea”. Además de las consecuencias para Europa, Unesid advierte de efectos negativos en el propio mercado estadounidense, como el aumento de precios, la paralización de inversiones y una posible escalada inflacionaria. “Esta decisión no solo es injusta, también perjudica a ambas economías. Urge recuperar una visión estratégica y apostar por la cooperación a largo plazo”, añadió la directora general.
Riesgo de distorsión en el mercado europeo
Estados Unidos importa anualmente cerca de 27 millones de toneladas de acero, equivalentes al 28% de su consumo. Para Unesid, la imposición de aranceles tan elevados no solo afecta las exportaciones europeas, sino que podría provocar un desvío de flujos comerciales hacia Europa. Esto agravaría la presión que ya sufre el mercado europeo por la entrada de acero procedente de terceros países, en muchos casos sin cumplir los estándares ambientales y sociales exigidos por la normativa comunitaria.
España exportó en 2024 más de 250.000 toneladas de acero a Estados Unidos, por un valor superior a 400 millones de euros. El cierre de este destino representa un golpe directo a empresas cuya viabilidad depende, en parte, de estas operaciones internacionales.
Llamado a una respuesta estructural y coordinada
Unesid advierte que la pérdida de competitividad del acero europeo es un problema estructural. En las últimas dos décadas, la cuota de producción siderúrgica de la Unión Europea ha pasado del 21% al 6,5% a nivel mundial, pese a que el consumo interno se ha mantenido estable. Esta caída responde, según la asociación, a una pérdida de competitividad frente a países cuyos productos no cumplen los requisitos medioambientales, laborales o de seguridad exigidos en Europa.
Para Unesid, la industria siderúrgica europea se encuentra en una situación crítica. Si no se toman medidas inmediatas, advierte, Europa podría perder de forma irreversible un sector estratégico para su economía, transición ecológica y autonomía industrial.
En este contexto, la asociación solicita a la Unión Europea y al Gobierno de España una reacción decidida. Entre sus demandas destaca la creación de un instrumento de defensa comercial eficaz y permanente, que proteja tanto a los productores de acero como a los fabricantes de primera transformación frente a prácticas desleales y el exceso de capacidad global. Asimismo, considera urgente la aprobación de un paquete de ayudas directas para las empresas afectadas.
Finalmente, Unesid insiste en la necesidad de reactivar el diálogo transatlántico. Reclama una negociación ágil que permita establecer un marco común frente a desafíos como la sobrecapacidad global, la presión de productores de terceros países y la necesidad de mantener cadenas de suministro seguras y sostenibles. Recuerda además que Europa es un socio estratégico para Estados Unidos, y que reforzar esta relación es clave para la estabilidad y el desarrollo conjunto de ambos bloques.
|