La producción mundial de construcción cerró 2024 con un crecimiento del 2,7%, pero las previsiones apuntan a una ralentización hasta el 1,4% en 2025 y un 2,1% en 2026, según el último informe de Crédito y Caución.
En Europa, el sector prevé crecimiento nulo en 2025, condicionado por la evolución de los tipos de interés del Banco Central Europeo. Solo si continúan las bajadas previstas se espera un repunte hacia finales de año.
Factores de presión: aranceles y materias primas
Aunque la construcción está menos expuesta a la guerra comercial que otras industrias, soporta efectos indirectos de los nuevos aranceles. Materias primas clave como el acero y otros metales registran incrementos de costes significativos, lo que impacta directamente en los márgenes de obra.
En paralelo, los aranceles aplicados por Estados Unidos y las medidas de represalia en distintos mercados están generando una contracción del gasto en construcción comercial, con cancelaciones de proyectos ya en marcha.
Segmento residencial y crédito en riesgo
El segmento residencial apenas crecerá un 1,4% en 2025, condicionado por el precio de la vivienda y la evolución de los tipos de interés, que determinan el acceso a financiación hipotecaria y la demanda.
El riesgo de crédito es elevado en Austria, Dinamarca, Francia, Hungría, Suecia, Turquía, Reino Unido y Corea del Sur, según el informe.
Mano de obra y márgenes en Europa
En la Unión Europea y el Reino Unido, los costes de materiales se mantienen por encima de los niveles históricos. A ello se suma la escasez de mano de obra cualificada y el incremento de los costes laborales. Dado que en construcción se trabaja habitualmente con contratos de precio fijo, las empresas tienen dificultades para repercutir estos sobrecostes, lo que reduce los márgenes y tensiona su salud financiera.
Perspectivas regionales
El informe prevé que el riesgo crediticio en construcción se mantenga alto en la mayoría de los mercados europeos, aunque con cierta estabilización a partir de 2025, tras el pico registrado en 2024, con niveles comparables a la crisis de 2008.
Los Países Bajos destacan como excepción positiva, con una previsión de crecimiento del 2,4% en 2025 y del 1,1% en 2026, impulsados por la demanda residencial.