¿Cuál es el estado actual del sector de la construcción?
El sector de la construcción en España atraviesa una fase de reactivación moderada, tras años de estancamiento. Aunque algunos subsectores han recuperado niveles de actividad similares a los previos a la pandemia, persiste un desequilibrio estructural entre oferta y demanda, especialmente en el ámbito residencial. El déficit de vivienda, junto con la presión sobre el precio del suelo, sigue limitando el crecimiento sostenido.
No obstante, es alentador que, en 2024, de acuerdo con los datos del Ministerio de Vivienda y Agencia Urbana, se hayan alcanzado los 120.000 visados de obra nueva residencial. Este nivel marca una recuperación sostenida respecto a los años previos y se prevé que el ritmo se mantenga en los próximos ejercicios.
Además, la disposición de los fondos europeos ha dinamizado áreas como la rehabilitación energética, aunque con desigual implantación territorial. Es clave que las Administraciones Públicas prolonguen el impulso más allá del verano de 2026, fecha prevista para la finalización del actual PERTE, mediante nuevas líneas de ayuda que consoliden la inercia positiva generada en los últimos dos años.
¿Cuáles son los principales desafíos que afrontará el sector en los próximos años?
El sector se enfrenta a retos estructurales y estratégicos que marcarán su evolución:
- Escasez de mano de obra cualificada: la falta de relevo generacional y la baja incorporación de nuevos perfiles técnicos y operarios especializados comprometen la productividad y calidad de ejecución.
- Limitada disponibilidad de suelo urbanizable, especialmente en grandes núcleos urbanos, lo que dificulta atender la demanda de vivienda asequible.
- Cumplimiento de los objetivos de sostenibilidad, que exige una transición hacia modelos constructivos bajos en carbono, alineados con la economía circular.
- Aumento de la presión reguladora, con la reciente modificación del Código Técnico de la Edificación (CTE), que incorpora nuevos requisitos medioambientales, de accesibilidad y seguridad. Además, el nuevo Reglamento Europeo de Productos de Construcción introduce exigencias más estrictas en sostenibilidad, trazabilidad y digitalización de materiales, como el Pasaporte Digital de Producto.
- Digitalización e innovación: la adopción de tecnologías como BIM, construcción industrializada, inteligencia artificial y big data será imprescindible. Esto requerirá inversión, formación continua y una transformación profunda del modelo de negocio tradicional.
¿Qué balance realiza de los dos últimos años al frente de la presidencia de Anfapa?
El balance es altamente positivo. En este periodo hemos consolidado a Anfapa como referente técnico en el ámbito de los morteros industriales y los sistemas de aislamiento térmico por el exterior (SATE).
Hemos reforzado alianzas institucionales, intensificado la labor formativa y divulgativa, y potenciado nuestra representatividad ante organismos nacionales y europeos. Asimismo, se han actualizado los protocolos técnicos y promovido normativas que garantizan la calidad, sostenibilidad y seguridad en el uso de nuestros productos.
¿Qué proyecciones maneja para el sector en los próximos años?
Las previsiones apuntan a un crecimiento moderado, con tasas anuales estimadas entre el 3% y el 4% para el periodo 2025-2027, condicionado por la evolución de los incentivos públicos y la capacidad de adaptación del sector.
La rehabilitación energética, la construcción industrializada y el desarrollo de infraestructuras sostenibles serán vectores clave para alcanzar estos objetivos.
¿Qué papel desempeñará Anfapa en esta evolución?
Anfapa desempeñará un rol estratégico en la transformación del sector. Seguiremos liderando el desarrollo técnico y normativo de productos esenciales para la edificación sostenible, especialmente en aislamiento térmico.
Impulsaremos la formación continua, la innovación industrial y el cumplimiento de estándares europeos, actuando como puente entre empresas, administraciones y entornos académicos.
Asimismo, intensificaremos la divulgación de buenas prácticas y la implementación de criterios de sostenibilidad en todos los procesos constructivos.