En proyectos de obra nueva y rehabilitación, la elección del sistema de impermeabilización desempeña un papel fundamental para garantizar la protección estructural frente a agentes externos como el viento, la lluvia, la nieve, la radiación solar, impactos o sustancias químicas. Se requiere, por tanto, un sistema eficiente, duradero y técnicamente solvente que responda a las exigencias del entorno y prolongue la vida útil del edificio.
Una de las soluciones más destacadas actualmente es la impermeabilización con poliurea, un sistema proyectado in situ que combina tecnología e innovación para ofrecer un elevado rendimiento. Según la Asociación Ibérica de Fabricantes de Impermeabilización, Aifim, esta solución representa una alternativa eficaz a los sistemas tradicionales de lámina prefabricada, y responde a la demanda creciente de sistemas líquidos de aplicación continua.
Sistema proyectado de alta eficacia
La poliurea es un sistema bicomponente que se aplica mediante proyección en caliente y alta presión, generando una membrana continua, elástica y sin juntas. Esta membrana se adapta a cualquier geometría y permite la protección integral de superficies horizontales y verticales.
El sistema presenta una alta capacidad de elongación, con valores superiores al 400-600%, lo que permite puentear fisuras y responder a movimientos estructurales, incluso en condiciones de bajas temperaturas. Además, el curado es casi instantáneo, lo que reduce significativamente los plazos de ejecución y permite la puesta en servicio inmediata de las superficies tratadas.
Comportamiento técnico y prestaciones
Entre las propiedades técnicas de los sistemas de poliurea destacan:
- Estanqueidad total y durabilidad elevada, con una vida útil de hasta 25 años, conforme a normas europeas.
- Resistencia mecánica frente a impactos y abrasión.
- Estabilidad frente a agentes químicos, como combustibles, ácidos o álcalis.
- Comportamiento frente a temperaturas extremas, desde -60 °C hasta más de 175 °C.
Estas características hacen que sea una solución adecuada no solo para cubiertas, terrazas o balcones, sino también para infraestructuras sometidas a exigencias técnicas elevadas, como piscinas, instalaciones deportivas, vías peatonales, aparcamientos, y edificaciones industriales o químicas.
Contribución a la eficiencia energética
La poliurea también puede contribuir a la eficiencia energética del edificio. Algunos sistemas incorporan acabados con alto índice de reflectancia solar (SRI de hasta 106), lo que ayuda a reducir la acumulación térmica y mitigar el efecto isla de calor en entornos urbanos, disminuyendo la temperatura tanto en el exterior como en el interior del edificio.
Marco normativo y garantías de aplicación
Desde Aifim se insiste en la necesidad de emplear productos avalados por fabricantes reconocidos y que las tareas de aplicación sean realizadas por profesionales cualificados, dado el carácter técnico de este tipo de sistemas. Para reforzar las buenas prácticas, la asociación está ultimando una guía técnica sobre la impermeabilización de cubiertas planas con sistemas líquidos proyectados en caliente, dirigida a profesionales del sector.
Asimismo, Aifim colabora activamente con UNE, Asociación Española de Normalización, en la elaboración de la primera norma nacional específica sobre impermeabilización íquida, lo que permitirá establecer criterios homogéneos de calidad y ejecución para este tipo de soluciones.
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