La combinación del doble aislamiento térmico de los paneles de hormigón armado con un sistema de suelo refrigerante se consolida como una solución eficaz frente al aumento de las temperaturas estivales. Esta propuesta, implementada por La Casa de Hormigón, permite mantener condiciones de confort térmico en el interior de la vivienda con un consumo energético significativamente menor que los sistemas de climatización convencionales.
Aislamiento pasivo y temperatura estable
El sistema constructivo basado en paneles de hormigón armado incorpora un doble aislamiento térmico que actúa como barrera frente al calor exterior. Esta configuración permite mantener una temperatura interior constante de entre 22 y 25 °C incluso cuando las temperaturas exteriores superan los 35 °C, sin necesidad de climatización activa.
Funcionamiento del suelo refrigerante
El suelo refrigerante, integrado en la propia estructura de la vivienda, emplea una red de tuberías instaladas bajo el pavimento por las que circula agua a una temperatura controlada, entre los 16 y 18 °C. Al actuar por radiación, este sistema enfría de manera uniforme los espacios sin generar corrientes de aire ni alterar la humedad ambiental, reduciendo el riesgo de afecciones respiratorias.
Desde el punto de vista energético, el sistema presenta un consumo 20-30% inferior al de un aire acondicionado convencional y es compatible con soluciones de generación renovable, como la geotermia o los paneles solares. Esto permite cubrir buena parte de la demanda térmica con energía propia.
Reducción de costes y emisiones
Para una vivienda de aproximadamente 120 m², el coste energético estimado en verano con suelo refrigerante ronda los 62 euros mensuales, frente a los 83 euros de media que supone un sistema tradicional de aire acondicionado. Además de la reducción en la factura eléctrica, este sistema permite disminuir hasta un 50% las emisiones de CO₂ en comparación con soluciones convencionales.
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